Las Babas de John Wayne: noviembre 2012

domingo, 18 de noviembre de 2012

Te acabo de ver

Hasta que no te vea, no escribo

Mientras no te vea, no para de llover

Cuando no te veo, la gramática importa

Hasta la rima, el orden
Si no te veo, mis amigos escriben libros

Cuando te veo, todo se apaga

Primera calada

En mi casa, cuando era niño, a veces nos sentábamos alrededor de la televisión a ver películas de John Wayne. Yo me dejaba caer en el suelo (para cambiar de canal cuando los anuncios); mi padre, en su sillón de sky; mi madre, en una silla de madera incomodísima (para no dormirse) y mis hermanas, en el sofá. Entonces aparecía él con sus andares chulescos, su colilla en la boca y su voz varonil (bueno, la voz era de Claudio Rodrígez). Mi padre no tardaba en ponerse a roncar. Siempre despertaba sobresaltado en la escena de los tiros, miraba a su alrededor y se iba corriendo a la cama, gritando: "¡Qué tontería!". A nosotros eso nos hacía mucha gracia. Luego me disfracé un par de veces de vaquero en el carnaval del colegio y empecé a fumar. No recuerdo quién me la ofreció, pero aquella calada me supo a las babas de John Wayne.